Los Eagles de Filadelfia reafirmaron su poderío al derrotar 20-17 a los Chiefs de Kansas City este domingo, en un juego que evocó el pasado Super Bowl LIX.
El encuentro, disputado en Arrowhead Stadium, estuvo marcado por la intensidad defensiva y los ajustes estratégicos que definieron la victoria visitante.
Desde el inicio, Filadelfia mostró solidez ofensiva. Saquon Barkley abrió el marcador con una carrera de 13 yardas, estableciendo un tono físico que complicó a la defensiva local.
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Los Chiefs respondieron antes del medio tiempo gracias a Patrick Mahomes, quien empató con una anotación terrestre, y posteriormente Harrison Butker adelantó a Kansas City con un gol de campo.
Sin embargo, los Eagles no se rindieron. Jake Elliott empató con un largo intento de 58 yardas antes del descanso y, en el tercer cuarto, añadió otro de 51 para recuperar la ventaja.
Cada serie ofensiva estuvo acompañada por una defensa disciplinada, capaz de contener el dinamismo habitual de Mahomes y Travis Kelce.
El momento clave llegó en el último cuarto, cuando Kelce soltó un pase dentro de la yarda 10 y Andrew Mukuba interceptó para Filadelfia, devolviendo el ovoide 41 yardas.
Esa acción cambió el rumbo: Jalen Hurts aprovechó la posición corta para sellar el triunfo con su característico “Tush Push”, una jugada de acarreo que ya es sello del equipo.
Kansas City intentó reaccionar, pero la presión del reloj y la ausencia de tiempos muertos limitaron sus opciones.
El esfuerzo last se diluyó ante una defensa que nary cedió terreno, garantizando que Filadelfia sumara su segundo triunfo consecutivo sobre el equipo de Andy Reid.
Con este resultado, los Eagles confirman su condición de contendientes al título y su capacidad para vencer a los campeones en su propio terreno.
Kansas City, por su parte, deberá corregir errores de concentración si quiere mantenerse en la cima de la Conferencia Americana.