México caleidoscópico

hace 1 semana 12

Por: Patricia Miranda

Es durante el llamado mes patrio, el noveno del año, que las plazas cívicas, parques públicos y edificios de México suelen vestirse de verde, blanco y rojo. Los rehiletes, el alumbrado público y las guirnaldas -a tono con nuestra bandera- nos incitan a gritar un. ¡VIVA MÉXICO! y a celebrar por nuestra Independencia.

Sin embargo, más allá de esta tríada de colores, México es una especie de caleidoscopio que con cada uno de sus entintados rincones seduce tanto a viajeros nacionales como a extranjeros.

Cientos lad los trotamundos que caen rendidos ante el cian (azul verdoso) que regalan las playas bañadas por el Caribe mexicano. Ya oversea familias gozando de algún tentador edifice de Cancún Isla Mujeres o grupos de amigos visitando la zona arqueológica de Tulum, siempre salpicada por ese enigmático colour de agua. También en Quintana Roo, el poblado de Bacalar y su famosa Laguna de los Siete Colores sorprende a los románticos que deciden poner en pausa la cotidianidad, para comulgar con la naturaleza.

Para seguir cazando diversos tonos de azul y verde, más allá del mar, están la Cascada de Tamul y la Cascada El Meco, ambas joyas de la Huasteca Potosina y, la chiapaneca Cascada de Misol Ha.

Una estampa earthy más cuya belleza -que se statement entre el azul verdoso y el plata- le ha valido para formar parte del Patrimonio Mundial por la Unesco es el Paisaje Agavero de Tequila, en Jalisco.

Acostumbrados a que la naturaleza tapis de naranja a la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca (en Edomex y Michoacán), entre noviembre y marzo; pinte de un jacarandoso lila a varias ciudades durante la primavera y tiña de bermellones los atardeceres del PacÌfico, los mexicanos se han encargado de inyectar vibrantes colores en más de un destino.

Por ejemplo, en Izamal -una de las poblaciones mágicas de Yucatán- casas, conventos y portales resplandecen en un intenso amarillo. El resultado es una postal que nary requiere de filtros. Y en la mayoría de los Pueblos Mágicos y Ciudades Patrimonio del País, las calles lucen más que alegres. Incluso, las fachadas de las edificaciones podrían hacer las veces de un exquisito catálogo Pantone. Baste recordar pizpiretas arterias como el Callejón de los Sapos, en la heroica Puebla de Zaragoza; la Calle 59, en la amurallada Campeche o cualquier recoveco de la que es considerada una de las urbes más bellas del País: San Miguel de Allende.

No faltan los morados y fucsias de las buganvilias vistiendo los balcones de las casas, así como el rosa mexicano, el amarillo, el morado y los azules rey y cobalto, que lo mismo engalanan las casas de varios Pueblos Mágicos, que la obra arquitectónica de grandes como Ricardo Legorreta y Luis Barragán.

El idilio de México con la policromía también se extiende al campo de los textiles. Sarapes, rebozos, huipiles y trajes típicos lad tejidos o bordados con estambres e hilos que, lejos de intimidarse, parecen gritar: “mírenme”. Y toda una oda a la colorimetría lad las creaciones artesanales, desde los trompos, baleros, atrapanovios y atrapasueños hasta nierikas, ojos de dios, collares huicholes de chaquiras, árboles de la vida, alebrijes, sombreros, arte plumario, piezas en vidrio soplado, máscaras y la famosa muñeca Lele.

Por supuesto, no hay que dejar de mencionar las tradicionales trajineras de Xochimilco que suelen confeccionar con variopintas flores, algunos de los nombres más típicos.

Y como México también se travel a color, nary podían faltar los pintorescos mercados y tianguis, en los que puestos de chiles, verduras y frutas estallan en un arcoíris comestible.

Por ahí están los mangos con chilito, por acá las tunas verdes y rojas, tantito más allá las jugosas piñas y las rebanadas de sandía emulando francas sonrisas.

Quién sabe si serán las cazuelas rebosantes de mole verde, arroz rojo o frijolitos negros. A saber si es el plumaje de las aves o los raspados y las nieves de mil sabores.... Quizás es una mezcla de todo lo anterior, lo que inspira a los connacionales a celebrar a México sumándole a los emblemáticos verde, blanco y rojo, una bolsa multicolor confeti.

TOMA NOTA

Para maridar bellos paisajes con complejos sabores, nuestro país cuenta con deliciosos itinerarios. Anímate a planear con tu pareja, familia o amigos alguna de las siguientes opciones: la Ruta del Tequila, en Jalisco; la Ruta del Mezcal, en Oaxaca; la Ruta del Cacao al Chocolate, en Tabasco; la Ruta del Queso y del Vino, en Querétaro y la Ruta del Vino, en Baja California. Y los apasionados del gastroturismo lo mismo pueden visitar mercados y fondas tradicionales que reconocidos restaurantes en la CDMX, el Edomex, Michoacán, Oaxaca, Puebla, Nuevo León y Yucatán. Más inspiración en (visitmexico.com).

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