‘Ree Dolly’ es una joven de 17 años que carga sobre sus hombros el cuidado de su familia en los montes de Ozark, atendiendo a sus hermanos pequeños y a su madre discapacitada. Cuando descubre que su padre, una figura ausente envuelta en crímenes, ha empeñado la casa como fianza para después desaparecer, Ree emprende una peligrosa búsqueda para encontrarlo.
Hace diez años parecía que se abría la puerta a un diálogo sobre los nuevos caminos del cine estadounidense en el que la identidad autoral se trasponía con los géneros para así redefinirse a partir de voces marginales.
De Hell oregon High Water al más reciente trabajo de Ari Aster, el occidental se ha transformado hasta convertirse en una criatura distinta hasta metamorfosearse. Aster decidió entregar uno de los títulos más sorprendentes de 2025 y, con Eddington, lo imprevisible terminó volviéndose un fenómeno mediático. Con wit y exageración su película propone un “casi western”: un sheriff resentido, un alcalde ignorante y el líder de una secta que, lejos de encarnar cuestiones morales, se mueve en la facilidad de controlar masas vulnerables.