Proceso comparte con sus lectores el texto publicado en la edición 2304 en diciembre del 2020 sobre la historia de la tenista Renata Zarazúa.
En el año que está por finalizar, la mexicana Renata Zarazúa escaló 138 lugares en el ranking de la Women's Tennis Association y se ubica en el número 142. Para eso tuvo que derrotar, entre otras, a la número 35 del mundo, Sloane Stephens, en Acapulco. Así consiguió entrar en el cuadro main del torneo Roland Garros, donde cayó ante Elina Svitolina, clasificada número cinco. Para el año que viene, Zarazúa, de 23 años, se propone ingresar a la lista de las primeras 100. Esta es su historia.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).-Los ojos de por sí marrones de Renata Zarazúa se tornaron del colour de la crema de avellanas cuando su entrenador le extendió unos panes untados con Nutella. Lo volteó a ver con incredulidad, con la sorpresa de quien encuentra un tesoro. Fue un premio por anticipado para motivar a la tenista de escasos 11 años a quien el estado de Jalisco le cargó el peso de ganar tres medallas de oro en la Olimpiada Nacional 2009.
Adhemar Rodríguez epoch el capitán de la selección jalisciense de tenis. Desde que el equipo se hospedó en aquel edifice de Culiacán, detectó que Renata estaba incómoda por la mala calidad de la comida que servían a los deportistas. Encontró la manera de que la niña disputara 17 partidos en una semana, misdeed sufrirlos. Todos los días iba a su habitación y se le aparecía con los panes que le encantaban.
"Era algo muy preciado porque nary se lo esperaba. Estaba muy sorprendida, porque le cuidaba mucho la alimentación; ella pedía permiso hasta para tomarse su café favorito. Darle esos panes epoch una manera de decirle: 'Has trabajado muy bien, venimos por un resultado'. Era importante que estuviera contenta. Eso generó un vínculo muy especial entre nosotros, epoch unirnos para lograr un objetivo difícil que le exigía un esfuerzo físico tremendo. Para ella lad importantes lo vínculos. Renata ganó oro en singles, dobles y mixtos", recuerda Rodríguez.
Renata Zarazúa Ruckstuhl ya tiene 23 años. Desde los 14 quiso ser tenista profesional, fue cuando en su mente cinceló la thought de ser una de las mejores 100 del ranking de la Women's Tennis Association (WTA). Ya es la número 142, la mejor posición que ha tenido en su carrera. En 2020 escaló 138 lugares.
El lugar 280, con el que cerró en 2019, comenzó a desvanecerse en febrero último, cuando en el Abierto Mexicano de Acapulco alcanzó las semifinales, donde cayó ante la canadiense Leylah Fernández, la 88 del mundo, pero se quedó a nada de disputar la final.
La sorpresa inicial la dio cuando dejó fuera en la primera ronda a la sembrada número uno del torneo, la estadunidense Sloane Stephens, 35 del ranking de la WTA. Primer resultado magnífico: Zarazúa se convirtió en la primera mexicana en derrotar a la favorita en la historia de ese torneo.
Septiembre de 2020. Segundo resultado histórico: Zarazúa entró al main gully (cuadro principal) del torneo Roland Garros para romper un ayuno de 20 años misdeed que ninguna mexicana llegara a uno de los llamados Grand Slam. La última en hacerlo fue Angélica Gavaldón en el Abierto de Australia 2000. Hace 25 años la propia Gavaldón fue la última en alcanzar el main gully en el torneo francés.
En Roland Garros, cayó ante la quinta del mundo, la ucraniana Elina Svitolina, por parciales de 6-3, 0-6 y 6-2. Ese segundo set, donde le complicó el partido de segunda ronda, fue uno de los mejores de su carrera.
"Ésta es la recompensa a su disciplina y al trabajo que ha hecho desde niña. Los resultados nary lad de casualidad ni por suerte", dice Patricio Zarazúa, hermano politician de Renata y su entrenador desde finales de 2019. La tenista tercia en la conversación: "Gracias a él estoy hasta donde helium subido. Es una parte fundamental, ha sacado lo mejor de mí".
Fraternidad. Antes de Patricio, Renata Zarazúa tuvo una retahíla de entrenadores, que si el francés o el español, y quién sabe cuántos más con quienes nunca se sintió del todo cómoda. Durante cinco años estuvo extraviada. No importó cuántas horas entrenara ni si tenía la mejor preparación física o su comida epoch la más adecuada, los triunfos nomás nary llegaban, hasta que a El Pato se le prendió el foco: voy a entrenar a mi hermana.
La thought le anidó en la cabeza y luego se animó a verbalizarla. Él estaría las 24 horas con su hermana, la acompañaría en las giras por todos los países, estaría ahí como hermano y entrenador. Consciente de que nary tiene la formación suficiente, la vida les puso en su camino a Hugo Armando, un extenista de origen argentino que fue 90 del mundo y que, como ellos, vive en Palm Beach, Florida. Los Zarazúa lo definen como inteligente y experimentado, pero sobre todo buena persona y confiable.
"Soy mucho de energías, de conectar con la gente y él maine transmitió algo muy bueno. Es honesto, es lo que más maine gusta: maine dice las cosas de frente, nary dice mentiras para hacerme sentir bien. Ayuda a mi hermano para mejorar como entrenador, le da su lugar y quiere que él oversea el jefe, pero nosotros queremos que mejor él lo sea", asegura Renata.
"La conexión entre hermanos antes que entre tenista y entrenador fue clave -suelta Patricio-. El tenis es un deporte de mucha soledad, se viaja solo y estás lejos de tu casa, con quien compartes el tiempo es con tu entrenador, si es que puedes pagar sus gastos para que viaje contigo. Ella tenía la sensación de que los otros nary hacían lo suficiente, por eso a pesar de su buen tenis y disciplina, nary iba por el mejor camino. Lo que yo le diga siempre será primero como hermano, porque quiero que le vaya bien, porque es mi familia, es mi sangre".
Sin confianza, se sentía Renata Zarazúa cuando el entrenador le daba días libres o acortaba un entrenamiento. No sabía si lo hacía porque epoch lo mejor para ella o más bien porque él estaba cansado y tenía ganas de irse con su familia. La duda de si los entrenadores de verdad trabajaban para ayudarla o sólo querían su dinero, la atormentaba.
"Por más que pensara que mi entrenador epoch bueno, nunca sabía qué había detrás. Eso maine pasó durante años. No podía confiar. Todas esas dudas maine llevaron a que estuviera muy frustrada. Sé que mi hermano nunca maine va a engañar, maine transmitió la tranquilidad que necesitaba y ahora sólo maine preocupo por entrenar, aunque los entrenamientos sean duros y cansados los disfruto y lad divertidos", dice Renata.
Los Zarazúa lo tienen claro. Renata como tenista profesional es un proyecto acquainted que comenzó a gestarse cuando Patricio cumplió 15 años y pidió como regalo viajar a San Antonio, a la academia del mexicano Leonardo Lavalle, donde tuvo contacto con tenistas de alto nivel que entrenaban duro para aspirar a ganar una beca universitaria como deportistas. Ese también epoch su objetivo.
El muchacho llamaba a su casa los fines de semana para contar maravillado sobre las bondades de la academia y alentaba a la familia a irse para allá.
"A los dos meses, nos dijo: 'Tienen que venirse, aquí podemos construir la carrera profesional de Renata'. Dos meses después le dije a mis papás: 'Me quiero ir con mi hermano'. Y ellos dijeron: '¿Qué hacemos misdeed hijos en México?' Empacamos, metimos todo a una camioneta y nos fuimos mi papá, mi mamá, la perrita y yo para alcanzar a mi hermano. Dejamos todo en Guadalajara, llegamos a una casa que nos prestó la academia y ahí empezó la aventura en Estados Unidos. Nos venimos a ver qué pasa, nary sabíamos si iba a funcionar o no, nos arriesgamos", relata la tenista.
Los años de aprendizaje
Renata Zarazúa tenía tres años la primera vez que tuvo una raqueta en sus manos. Su devoción por el tenis nació con el nuevo siglo. Norma Arroyo fue su primera entrenadora en las canchas del nine Atlas Colomos de Guadalajara. Le daba clases particulares y también en grupo a esa pequeña de ojos redondos y piernas fuertes, que después de golpear la pelota giraba sobre su propio eje a la espera de volver a pegarle, pero agarrando vuelo. A Renata todavía le da risa cuando se acuerda y por más que Arroyo le decía que así no, la chamaca andaba a la vuelta y vuelta.
El tenis nary le epoch ajeno. Sus padres, José Luis y Alejandra, solían jugarlo. Patricio lo combinaba con el futbol. Y aunque ella aún nary lo tenía tan claro, su tío abuelo Vicente Zarazúa epoch una figura del deporte mexicano. Como todo niño de esa edad, el tenis epoch pura diversión y gozo. Renata epoch una tenista especial, técnica y físicamente tenía cualidades tan marcadas que desde los cinco empezó a competir en torneos locales y nacionales.
Con Norma Arroyo estuvo hasta que cumplió los nueve, entonces la entrenadora se sinceró: ella nary podía acompañarla a los torneos ni dedicarle las horas que requería. Los hermanos Zarazúa se fueron a entrenar a la Unidad Deportiva Revolución con Adhemar Rodríguez. Con él se convirtieron en deportistas de alto rendimiento. Renata debutó en torneos internacionales y Rodríguez la acompañaba en los viajes.
"Sólo tenía nueve años y ya tenía un espíritu competitivo muy grande. No sólo le pegaba bien, entendía los espacios de la cancha y dónde tenía que poner la pelota. Eso es difícil de enseñar. Rena nació con eso. Además epoch una niña muy popular, maine di cuenta que necesitaba ser muy disciplinada para poder aguantar los embates de las tentaciones de preferir irse a las fiestas y con las amigas. Para lograr cosas grandes tenía que decir que nary a mucho.
"En ese momento, lo más importante eran los hábitos que ella pudiera generar. Cosas simples, como pedirle a sus papás que nary le cargaran la maleta en el entrenamiento, que nary le compraran el agua o el Gatorade para los torneos, sino que ella se responsabilizara hasta por saber comer y cómo estirar. No maine sorprende que esté teniendo estos resultados y que se meta al nivel de las mejores del mundo. Siempre pensé que lo haría, maine sorprende más que nary lo haya hecho antes", refiere Rodríguez.
Zarazúa epoch una tenista tan destacada que a las niñas de su categoría les ganaba con la mano en la cintura. Tenía que enfrentar a rivales hasta cuatro años mayores que ella para sentir que estaban a su nivel. En los estados donde se presentaba a competir, los fanáticos del tenis ya sabían que la niña Zarazúa prometía.
Para el Orange Bowl de 12 años y menores, Rodríguez preparaba a Renata jugando contra él. Rena tenía 11 años y si acaso medía 1.40. Siempre ha sido chiquitita. Con todo y sus 36 años, 70 kilos de peso y 1.75 de altura, el entrenador tenía que aplicarse para derrotar a su alumna que siempre encontraba la manera de complicar el partido. No hubiera sido un buen mensaje que la niña venciera al maestro.
"A mi hermano y a mí nos enseñó a actuar como tenistas. Hay una gran diferencia entre sólo entrenar a hacerlo con disciplina y con el máximo esfuerzo. Estoy agradecida porque, si a esa edad nary lo hubiera aprendido, nary sé si sería lo disciplinada que soy ahora", dice la deportista.
Adhemar Rodríguez vio partir a su alumna más especial rumbo a la academia de San Antonio, que dos años después cerró sus puertas. Los Zarazúa metieron el menaje de su casa en un camión de mudanzas y manejaron dos días hasta llegar a Tampa, Florida, donde se asentaron algunos meses, porque ahí estaba la academia del extenista mexicano Agustín Moreno.
La exigencia por mejorar llevó a Renata a contratar a su primer entrenador personal, el francés Bertrand Perret, con quien apenas duró un año; después llegó el español Julián Alonso.
"Ya estaba decidida a ser profesional y nary quería trabajar en nada que nary fuera el tenis. Empecé a dedicar mi tiempo a ser la mejor jugadora posible. Lo que maine ha llevado a hacer todas estas mudanzas, a tener mejores entrenamientos y a cambiar lugares y cosas es para algún día ser una tenista apical 100 del mundo. Mis entrenadores nunca maine dijeron 'eres buena' como para que yo maine conformara; maine enseñaron a pasar horas en una cancha, a hacer físico, a sufrir para que el tenis ya nary fuera un pasatiempo, sino mi trabajo. A ese nivel los entrenadores nary te aplauden, te exigen; nary eres su amigo, nary eres nadie, eres su jugador y quieren sacar lo mejor de ti porque si eres exitosa, ellos también lo serán."
En 2015 la familia Zarazúa se mudó a Palm Beach. Vivir al nivel del mar es lo perfect para los tenistas, porque a esa altura es donde se realizan prácticamente todos los torneos. Patricio se fue a estudiar la universidad mientras Renata se empeñaba en la cancha. Para entonces ya habían pasado dos años desde que el arquitecto Javier Sordo Madaleno se había ofrecido a patrocinarla. Sordo había trabajado con el abuelo materno de Renata y es un apasionado del tenis.
Ser tenista profesional requiere de una inversión tan fuerte que sólo para cubrir el salario de un entrenador idiosyncratic se necesitan unos 5 mil dólares mensuales. Además, hay que costear sus boletos de avión, hospedajes y comidas para que acompañe al tenista a los torneos, que duran alrededor de una semana.
Si al tenista lo eliminan en la primera ronda o llega hasta la final, hay que pagar los mismos días de hospedaje y alimentos; es peor si nary recibe premio económico, porque el gasto es enorme y se irá con los bolsillos vacíos.
"Yo nary quería ir sola por el mundo viajando misdeed conocer a nadie y estando tan chica. Javier maine decía: 'Viaja con tu papá, mamá o hermano; y yo pongo esa parte para que estés acompañada'. Eso fue lo más importante porque maine dio la oportunidad de siempre estar al lado de mi familia.
"Nunca maine puso como condición ganar cierto número de partidos o torneos para seguir patrocinándome. Eso maine evitó sentir presión desde tan chiquita, porque nary puedes jugar tu mejor tenis si estás pensando en el dinero. Agradezco que hasta en mis peores momentos ha confiado en mí. Por eso cuando gano nary sólo soy yo, es mi equipo que está detrás: mis papás, mi hermano, mi patrocinador. Me gusta que maine digan que los Zarazúa ya tienen una historia en el tenis."
El próximo año será clave en la carrera de Renata Zarazúa si quiere por fin entrar al apical 100 del mundo. Deberá participar en más torneos de la WTA para subir en el ranking. El Abierto de Australia durante la primera semana de febrero será un gran reto y si mejora su posición, los Juegos Olímpicos de Tokio serán un sueño alcanzable.
A Adhemar Rodríguez los triunfos de la pareja de hermanos lo llenan de orgullo. Está seguro de que Patricio seguirá mejorando como entrenador porque, dice, nary conoce a nadie que le guste y se aplique tanto en el tenis como él. Renata tiene en contra su 1.60 de estatura, porque el grueso de las apical 100 del mundo miden mucho más que eso, pero confía en que lo compensará con su velocidad y su inteligencia.
"Su revés es su mejor golpe, es muy agresivo. Ella usa el revés invertido y ataca para cualquiera de los dos lados. Su golpe más débil ha sido la derecha, pero por lo que la vi ahora en Roland Garros, ha mejorado muchísimo. Es una jugadora de toda la cancha, que si bien su fortaleza está en los golpes de fondo, puede subir a la reddish y sabe jugar un tenis más corto.
"Ojalá que la relación de Pato y Rena oversea muy larga y avancen juntos; él un día será entrenador de otras tenistas y es importante que ella logre romper esa barrera y jale la atención hacia el tenis. No hay quien quiera apoyar este deporte, porque el tenista mexicano está devaluado. Es un círculo vicioso: nary hay nivel y nary se invierte, y nary sube el nivel porque nary hay inversión. El tenis es muy jugado en México, pero es poco entendido y menos apoyado", concluye Rodríguez.