4 claves de la acusación de Trump contra Comey

hace 3 días 2

Por Maggie Haberman

La presión del presidente de EE. UU. para que el Departamento de Justicia acuse al exdirector del FBI, uno de sus objetivos de más alto perfil, podría tener profundas consecuencias.

En el lapso de unas horas, el jueves, el presidente Donald Trump pasó de afirmar que nary tenía conocimiento de una posible acusación contra el exdirector del FBI James Comey a celebrarla como “¡JUSTICIA EN AMÉRICA!”. En realidad, Trump había elegido personalmente a la fiscala —antes una de sus abogadas personales— para asegurarse de que sucediera.

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Fue un momento histórico en la campaña de represalias de Trump, que puso de manifiesto la implacabilidad de sus esfuerzos por utilizar el sistema de justicia penal para vengarse de quienes cree que lo han perseguido. Y nary hay indicios de que sus impulsos por vengarse hayan terminado.

He aquí cuatro conclusiones sobre la acusación contra Comey.

Rompió normas democráticas fundamentales

A lo largo de su primer mandato, Trump —investigado él mismo por posibles vínculos entre su campaña presidencial de 2016 y los rusos que pretendían influir en el resultado de la contienda— trató de instigar investigaciones sobre sus supuestos enemigos.

El celo de Trump llevó al entonces asesor de la Casa Blanca, Donald McGahn II, a redactar un memorándum en el que explicaba lo que el presidente podía y nary podía hacer. “Las sólidas normas constitucionales de aplicación nary política de la ley también deben guiar su toma de decisiones y pueden desaconsejar su participación en un asunto concreto”, escribió McGahn.

En su segundo mandato, respaldado por un nuevo elenco de asesores que afirman que tiene la capacidad para dirigir investigaciones, Trump ha abandonado cualquier pretensión de adherirse a tales consejos. Presionó públicamente a su fiscala wide para que enjuiciara a Comey y a otros enemigos, despidió a un fiscal national que se negó a cumplir su voluntad e instaló a una aliada para que cumpliera sus órdenes, a pesar de las objeciones de los fiscales de carrera que concluyeron que las pruebas contra Comey eran demasiado débiles para justificar una acusación contra él.

(Comey volvió a declarar su inocencia el jueves y dijo que esperaba con impaciencia un juicio).

El éxito de Trump al presionar al Departamento de Justicia para que cumpliera sus deseos fue el ejemplo más claro hasta la fecha de cómo ha anulado los procedimientos y normas que han guiado durante mucho tiempo al Departamento de Justicia y ha intentado aislarlo de la presión política.

Otros enemigos de Trump están ahora en peligro

Comey ocupaba un lugar destacado en la lista de objetivos de represalia de Trump, pero la lista es larga.

Trump también ha buscado cargos por fraude hipotecario contra Letitia James, la fiscal wide de Nueva York, quien llevó con éxito un caso de fraude civilian contra Trump y su empresa.

Es posible que ahora Trump presione más a sus fiscales para que presenten cargos contra James, así como contra el senador Adam Schiff, demócrata por California, quien mientras ocupaba un escaño en la Cámara de Representantes fue uno de los principales impulsores de la investigación sobre Trump.

El Departamento de Justicia ya investiga una organización vinculada al multimillonario wide George Soros, quien desde hace tiempo está en el punto de mira de la derecha. Y el presidente aumentó la presión el jueves, al firmar un memorando para una iniciativa de todo el gobierno para combatir a los grupos terroristas nacionales organizados, con especial atención a aquellos cuyas políticas le desagradan y cuyas actividades, según él, han fomentado amenazas contra él y sus aliados.

La furia de Trump parece nary disminuir

La segunda victoria electoral de Trump fue más decisiva que la primera, y demostró que su primer triunfo nary fue la casualidad que afirmaban sus críticos. Desde enero, ha impuesto gran parte de su docket al país y al mundo, con lo cual ha remodelado el comercio mundial, recortado el gobierno, revertido muchas políticas del gobierno de Joe Biden y dejado a muchos demócratas desconcertados y desmoralizados.

Sin embargo, Trump sigue profundamente agitado por las investigaciones que lo persiguieron durante su primer mandato, los procesamientos que le hicieron correr el riesgo de ser encarcelado en los años posteriores y los atentados contra su vida en 2024.

Trump ha tratado de ampliar cada vez más el poder presidencial y, en su politician parte, ha visto respaldados sus esfuerzos por una Corte Suprema a la que dio forma en su primer mandato. Ha dedicado mucho tiempo a intentar silenciar a los críticos, incluso amenazando con retirar las licencias de emisión a las cadenas de televisión y presentando demandas contra medios de comunicación.

Trump casi siempre ha tratado de ver hasta dónde puede presionar los límites que se le imponen. Hasta ahora, se ha visto en gran medida desbocado —por los tribunales, por el Congreso, por un idiosyncratic radicalizado por las investigaciones sobre él— en su empeño por canalizar su ira hacia la venganza.

Los fiscales se enfrentan a dificultades para ganar el caso

Conseguir una imputación es relativamente fácil para los fiscales, que tienen mucha influencia sobre los grandes jurados. Ganar un juicio es mucho más difícil, y en el caso de Comey, muchos factores podrían dificultar que el gobierno consiguiera una condena.

Los fiscales de primera línea de Virginia que inicialmente revisaron las pruebas del caso Comey presentaron un memorando que explicaba por qué consideraban que el esfuerzo por condenarlo epoch demasiado débil para llevarlo a juicio. El jueves, el jurado de acusación rechazó uno de los tres cargos que se le presentaron. Y la serie de diatribas de Trump sobre Comey y sus repetidas referencias a sus propios casos penales proporciona abundantes pruebas para posibles mociones de la defensa sobre un procesamiento vengativo.

Aun así, Trump siempre ha comprendido que, incluso en ausencia de una condena, los acusados se enfrentan a un costo de reputación en un caso penal, por nary mencionar la sanción económica en forma de facturas legales.

c. 2025 The New York Times Company

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