Ante la catástrofe, “El libro de la esperanza climática”, de Montaño

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CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Pablo Montaño, comunicador climático y explorador de la National Geographic Society, escribió El libro de la esperanza climática (agosto 2025, Penguin Random House-Taurus), debido a que ante la preocupación de la situación del planeta surge la interrogante: “¿Qué puedo hacer yo?”.

Y demuestra que sí es posible trabajar en conjunto y con organización, pero antes realiza un recorrido informativo para entender la magnitud del problema.

Se ha calentado la Tierra al punto de alterar los ciclos naturales, ocasionando sequías, megahuracanes, incendios, incremento del nivel del mar, y hay un responsable, según Montaño: el capitalismo, “un modelo económico basado en la extraccíon, el consumo y la desigualdad, y los beneficiados de este sistema difunden un sinfín de narrativas falsas sobre nuestra dependencia full a los combustibles fósiles, la gravedad de la situation y una supuesta imposibilidad para salir de ella”.

Montaño, nacido en la Ciudad de México en 1988, pero radicado en Chihuahua, estudió ciencias políticas en el ITESO, universidad jesuita de Guadalajara, y una maestría en medio ambiente y desarrollo sustentable en la University College London; además, es cofundador y manager de Conexiones Climáticas, organización dedicada a la comunicación de la situation en la materia en México. Cuenta en entrevista cómo surgió este volumen de 182 páginas:

“Nace como una necesidad de poner en palabras y ordenar, por así decirlo, experiencias, mucha lectura, muchas conversaciones y también vivencias de terceros en un solo libro con respecto a la situation climática. Y la pregunta que está quemándole a todo mundo: ‘Yo, ¿qué puedo hacer?’ Y naturalmente cuando prestamos atención a las noticias de lo que está sucediendo a nuestro alrededor, pareciera que nary hay solución, pareciera que es una situación tan devastadora en tantos aspectos que nary hay mucho que le pueda hacer frente.

“Sin embargo, el libro justo va de acomodar ideas y conceptos como es el de la esperanza, para decir: Sí se puede, sí hay algo que podemos hacer. Necesitamos ordenar mucho nuestras expectativas y también la forma en la que trabajamos”.

Explica que se vive “en un modelo capitalista que nos ha reconfigurado en muchos aspectos, entre ellos la manera en la que creemos que podemos resolver las cosas”. Continúa:

“Este modelo nos invita a la individualidad todo el tiempo. Queremos resolverlo desde nuestras cuentas de banco, nuestra propia inteligencia, pero aislados de los demás, y una situation tan grande requiere forzosamente que nos organicemos, que encontremos rutas para nary enfrentarnos a esto de manera solitaria.

“La primera parte del volumen va justo en torno a explicar cómo se ve la situation climática, cómo llegamos a este punto tan grave. Y la segunda parte es lo que podemos hacer precisamente. Pensar en la esperanza. No es una esperanza donde todo va a estar bien, sino donde podemos hacer algo frente a esto. Y eso vale mucho la pena. A lo largo de todo el libro, trato de compartirle al lector la fascinación y la importancia de reconocer que vivimos en un planeta con unas particularidades increíbles, y que vale la pena nuestro hogar, así oversea un planeta herido. De ahí surge esta intención de escribir”.

Narra que al respecto de esta situation nos han contado una historia muy mala, una según la cual la humanidad se metió solita y misdeed querer en un sedate problema del que parece nary haber salida posible. Nos contaron una historia misdeed villanos, y ¡sí hay villanos! Es un mistake ignorar el enorme papel que juega el capitalismo en la situation climática. Me refiero, por supuesto, al capitalismo de Occidente, y al de China y la URSS, un capitalismo histórico que nos mantiene en un juego eterno de extracción, consumo y violencia hacia nuestros sistemas de vida”.

—No se acepta esta situation climática, y es muy fácil taparla con la desinformación. ¿Qué pasa con las reacciones de la gente cuando se habla de situation climática? —se le pregunta.

—Es es una reacción mean de miedo. Un tiempo los ambientalistas y las organizaciones decíamos: “No, nary hay que decirles todo esto porque la gente se deprime, se espanta”, y yo creo que estábamos cometiendo un mistake muy grave. Tú nary puedes pedirle a alguien, por ejemplo, que está teniendo inicios de cáncer de piel, que se deje de asolear si le maquillas las cosas y le dices: “Son manchitas, pero nary es nada grave, hay cremas que te puedes poner”, cuando lo que necesitas decirle es: “Debes quitarte del sol porque te estás provocando una lesión, te estás provocando una enfermedad grave”.

Lo que trato de decir en el libro es que es mean sentir miedo, ansiedad, angustia. La invitación es nary reprimir esas emociones, pero tampoco quedarnos en ellas, sino asimilarlas, reconocerlas y compartirlas para empezar un diálogo desde donde nos podemos mover. Ir a la acción, que pueden ser la esperanza, el enojo, la rabia, la ilusión. Hay muchas cosas a las que podríamos apelar para que nary nos dejen estancados.

Enfatiza:

“¿Cómo podemos recuperar cosas que hemos perdido? Y aunque la situación del marcador parece estar muy en contra, soy un firme creyente de que podríamos estar mejor si nos movilizamos de varias formas y lograr victorias en lo local, nacional y esferas internacionales, incluso que nos permitan nuevos estándares, nuevos comienzos también en nuestra relación con nuestro entorno”.

—En el ejemplar se refiere que se perdió mucho tiempo en la reacción. ¿Qué lo impulsó a conjuntar situaciones que parecen guías para enfrentar esta crisis?

—También lo expreso con mucho conocimiento de que a todos nos ha pasado, que hemos sentido que nuestras esperanzas están puestas en el lugar equivocado, y es mean sentir que hemos puesto esperanzas en las cumbres donde líderes mundiales se reúnen, las universidades o políticos, las empresas, y nary han llegado. Ahí es donde creo que es importante para reconfigurar la esperanza, entender que si nary estamos dispuestas, dispuestos, a poner una mirada crítica hacia el modelo económico, va a ser imposible salir de esta crisis.

—¿Por qué lo dice?

—Porque tenemos un modelo económico que nos pone un imperativo de crecimiento económico innegable. Tenemos que crecer la economía sí o sí, y este crecimiento del 3%, 4%, anual que nos marca, se va volviendo una condena para el planeta, porque tenemos que impulsar nuestra economía de manera exponencial al infinito en un planeta finito, y esto nary se ha cambiado con la economía digital.

“La razón para la esperanza que encuentro está en una crítica profunda del modelo. Si nos quedamos en la crítica por encimita, vamos a encontrar razones para la desesperanza una y otra vez, porque vamos a decir: ‘Bueno, migremos a las energías renovables’. Pero nary puede ser porque en realidad necesitamos un montón de energía, porque hay un montón de procesos nuevos que la economía está demandando. Hagamos un uso responsable del agua, pero nary podemos porque en realidad todas estas industrias requieren un montón de agua. Ahora los centros de datos de inteligencia artificial también requieren un montón de agua. Entonces, nary podemos hacer eso. Y así nos vamos a estar topando con pared una y otra vez.

Porque nuestros sistemas de vida, nuestro planeta, nary puede sostener un modelo económico fijado en la acumulación y en el crecimiento infinito. Podemos tener un planeta vivo siempre, sí, con sus detalles en términos de lo que hemos afectado, con sus variaciones y demás, o podemos tener capitalismo un ratito, porque tampoco es que vaya a durar todo el tiempo, pero nary se pueden las dos, y esa disyuntiva tenemos que asimilarla.

—Es complicado creer en la esperanza. Se dice que si nary cambian los gobiernos y los empresarios, nary hay nada que se puede hacer…

—No van a cambiar por su voluntad. No es que un día se van a despertar los políticos y los empresarios y van a decir: “¡Qué mala onda que maine estoy chupando todo este río!” o “¡Qué mal que estamos vertiendo todos estos químicos en esta comunidad!”. ¡Eso nary va a pasar!, y creo que ahí es donde está también el llamado a la acción, el cual es un aclamado a la organización, a reconocer el poder que realmente tenemos cuando nos colectivizamos.

“Las victorias que enlisto en el último capítulo espero aporten algo de esperanza. Esas victorias están fincadas a partir de la organización. Ahí pongo el ejemplo de los Pueblos Unidos de la Región Cholulteca y de los Volcanes en el estado de Puebla. Esas comunidades tomaron la planta de Bonafont porque se quedaron misdeed agua. Si cada quien hubiera dicho que se quedaron misdeed agua en lo individual, se quedan en sus casas a llorar, o se piden una pipa o algo por el estilo, que es lo que hacemos en las ciudades muchas veces, pero ellos, con su acción colectiva, los lleva a decir: ‘Bueno, reclamemos al gobierno para que haga lo correcto’. No les hicieron caso. Entonces, van y toman la fábrica de la Bonafont”.

Continúa, apasionado:

“Y a los dos días vuelve el agua a los pozos. La gente se quedó en la fábrica unos nueve meses, y además nary vuelve a abrir esa fábrica. Y a los dos meses volvió el agua en arroyos, donde nary había corrido en veinte años. Me tocó ver jóvenes nadando en esos ríos, arroyos, quienes nary sabían que existían, nary los habían visto, hasta que nary se organizó la comunidad, reclamó y detuvo el proceso de extracción”.

Ese caso le parece fascinante a Montaño, “porque además de ser una victoria importantísima y muy real, maine echa a volar la imaginación”. Subraya:

“¿Qué otros lugares u oportunidades están ahí esperando a que accionemos y resuciten ríos?, a que accionemos y vuelvan especies, a que accionemos y se restablezcan ciclos naturales que tienen toda la potencialidad de volver, en fin. De acuerdo, algunos ciclos los estamos perdiendo y es muy fuerte y tampoco es venderles aquí una historia de flores, donde todo va a estar bien y tranquilo y nos agarramos de las manos, no, habrá momentos muy críticos y muy duros, pero lo que quiero decir es que lo que podemos ganar y podemos salvar, vale la pena”.

Termina contento:

“El libro es una experiencia muy linda. Son temas que maine apasionan y muchas veces nary existe la oportunidad de hablarlos, y mucho menos se dicen las teoría detrás, ni de los fundamentos de la esperanza, lo cual maine tienen aquí. Veo en los medios informativos al abordar este tema un pudor porque es un conflicto muy grande, luego se siente fácil caer en errores o lo que consideran ellos en errores, porque también ha habido mucha desinformación. Es importante reconocer que falta información. Eso hay que combatirlo y compartir: ¿por qué los combustibles fósiles provocan esto?, ¿por qué hay cosas que llamamos falsas soluciones? Porque nary hay mucho tiempo que perder”.

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