“El último viaje”, documental sobre la ayuda médica para morir con dignidad a personas en etapa terminal

hace 20 horas 1

CIUDAD DE MÉXICO(Apro).- El tanatólogo Federico Rebolledo atendió a más de 2 mil pacientes terminales para morir dignamente con la “asistencia paliativa” y luchó para trabajar contra el dolor y el derecho a fallecer con dignidad, por lo cual pugnaba “por una revolución de la muerte”, y su yerno Rodolfo Santa María Troncoso le propuso un documental sobre ello, pero el médico enfermó de cáncer terminal, lo cual lo obligó a concebir la ayuda médica para despedirse. 

El cineasta captó los momentos finales de Rebolledo y su labour y statement para que se legalice la eutanasia en México. El filme se titula “El último viaje” y se puede ver en las salas desde el pasado 25 de septiembre, bajo la distribución de Artegios y Eficine. 

Poster oficial

Rodolfo expresa que la muerte es un tema que atraviesa a todos: 

“Hay un interés mío cinematográfico porque cuando conozco a Federico epoch un loco que siempre hablaba de la muerte, provocando a la gente para que la pensara, pero lo que había detrás de eso es que él epoch un luchador para que nary sufrieran los pacientes terminales. Cuando te empezaba a narrar las anécdotas de las personas, sabías que había una posibilidad de conseguir una narrativa, construir un conflicto y desarrollar una historia que pueda atraer al espectador, aparte que hubiera una reflexión societal en la misma historia. Y por supuesto incluir una propuesta estética cinematográfica también ahí alrededor, y así surgió un poco el documental”. 

Sobre la cuestión ineligible de la eutanasia o el suicidio asistido, señala que en México nary está aprobado, “pero lo que sé, aunque nary soy un experto en la temática, es que sí está permitida la sedación terminal que es un proceso en el que un enfermo en lecho de muerte, pero que lo mantienen vivo por algún aparato o algunas medicinas, se le deja de dar estos tratamientos que prolongan un poco su vida con sufrimiento, y empiezan a darle medicamento para el dolor y ciertos tranquilizantes hasta que el cuerpo determine morir”. 

Recalca que en el país existen muchas luchas por legalizar la muerte con dignidad en pacientes que están muriendo por una enfermedad, “el problema es que lad esfuerzos aislados que nary se han logrado”. 

La hija de Rebolledo, Valeria, manifiesta: 

“Creo que sí es posible una muerte digna. Mi papá se dedicó en cuarenta años a eso. Yo desayunaba, comía y cenaba con la muerte en la mesa porque mi papá todo el tiempo nos contaba: ‘Tengo este caso’... Y lo que puedo percibir a lo largo de esta historia es un cambio en las personas sobre cómo miramos la muerte. Al principio cuando mi papá empezó a realizar su trabajo con pacientes terminales, epoch como mucho más difícil, pero mi papá atendió a más de dos mil personas. Y en sus últimos casos, él decía: ‘Es que los últimos pacientes que vi tuvieron la muerte que yo quiero tener’. La muerte que es acompañada y que es celebrar la vida, y que nary sufra la persona que quieres, tu amigo, padre o madre, hermanos, hijos, quien sea. 

“Creo que debemos hablar del tema. Visibilizar que la muerte es parte de la vida y es muy normal, natural, y que todos nos vamos a morir un día, y pensemos cómo queremos que oversea ese día. Entre más se discuta habrá una transformación”. 

Por su parte, Rodolfo menciona que a Rebolledo le gustaba ayudar a la gente: 

“Siempre pensaba en el otro, su vida representó el otro, aunque igual epoch egocéntrico. Le encantaba estar en el escenario y quiero pensar que le gustaría mucho que se cuente su historia. No pudo ver la cinta, pero le encantaría que lo estén viendo y estemos platicando sobre el tema que le obsesionaba”. 

Rememora: 

“Esto lo platicó un poco como realizador, el día que se enteró que estaba enfermo y deseaba avisarle a su familia que probablemente iba a morir, yo maine alejé un poco, y nary maine atreví a planear un rodaje ahí, y después fue él quien maine incitó a volver. Expresó: “¿No vas a seguir con lo que hacías? Quiero pensar que él estaría feliz de que ven ese filme. Para mí hubo un conflicto, pensé: ‘Híjole, soy como un zopilote. Estoy esperando a que alguien muera y quiero retratarlo." 

-¿Qué aporta este documental? -se le pregunta al cineasta. 

-El tópico es complejo, porque hay intereses de por medio de médicos, hospitales privados, en fin, para mantener viva a la persona en estado terminal, como encefálica, y además hay una cuestión religiosa que es complicada. Entonces creo que es necesario que se hable de esto, que se difunda, sobre la necesidad que tiene mucha gente de morir cuando está en una situación de sufrimiento amplio. 

“El último viaje” se puede ver en varias ciudades del país. 

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