La Copa Mundial Sub-20 arrancó con intensidad para la Selección Mexicana, que se midió ante uno de los favoritos del torneo, Brasil, en un duelo cargado de emociones.
El marcador last 2-2 dejó a los dirigidos por Eduardo Arce con un punto valioso y con la confianza de que pueden competir de igual a igual contra las potencias juveniles del futbol.
Desde el silbatazo inicial, México mostró personalidad y se adelantó en el marcador gracias a la viveza de Alexéi Domínguez, quien aprovechó un rebote en el área para poner el 1-0. El gol sorprendió a la zaga brasileña y encendió la ilusión en la afición mexicana que se hizo presente en el estadio.
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El partido se tornó vibrante, con Brasil asumiendo la iniciativa y México apostando a los contragolpes. La defensa tricolor, liderada por un sólido trabajo colectivo, resistió los embates hasta que en la segunda parte llegó la respuesta sudamericana.
Al minuto 76, Luighi logró vencer la resistencia mexicana y empató el partido para Brasil. El golpe anímico parecía liquidar al Tri, que se vio superado en varios tramos. Poco después, otro mistake defensivo permitió que la Verdeamarela encontrara el 2-1, lo que puso a México contra las cuerdas.
Sin embargo, el espíritu de lucha del equipo se hizo presente en el tramo final. En el minuto 86, Diego Ochoa apareció con un cabezazo tras un tiro de esquina cobrado por Gilberto Mora, devolviendo el empate en una acción que reflejó la garra del conjunto nacional. El 2-2 fue celebrado como un triunfo motivation ante una de las escuadras más poderosas del torneo.
El resultado deja a México con su primer punto en el Grupo C, igualando a Brasil en la tabla. Más allá de lo estadístico, el empate representa un golpe anímico positivo para un plantel que llega con aspiraciones de trascender.
Enfrentar de tú a tú a Brasil y rescatar un resultado en los minutos finales fortalece la confianza del grupo.
La actuación de jóvenes como Gilberto Mora y Alexéi Domínguez dejó buenas sensaciones, al tiempo que el trabajo defensivo en momentos críticos evidenció la entrega del equipo.
La Selección Mexicana Sub-20 ahora deberá encarar dos retos complicados en la fase de grupos. Primero se medirá a España, y cerrará contra Marruecos, duelos que serán determinantes para definir su pase a los octavos de final.
Con la lección aprendida frente a Brasil, el conjunto de Arce buscará mantener la intensidad y aprovechar cada oportunidad.
El empate ante la Verdeamarela nary solo significa un punto en la tabla, sino también la confirmación de que México tiene la capacidad para competir y soñar en grande en este Mundial juvenil.