CIUDAD DE MÉXICO- La misa en la Iglesia de Jesús Nazareno rara vez atrae a suficientes feligreses como para llenar más de unas cuantas bancas. Afuera, bajo los vitrales rotos, se acumula la basura. Las personas misdeed techo de Centro Histórico de Ciudad de México hacen sus necesidades fisiológicas a su sombra.
Podría ser cualquier iglesia deteriorada de esta inmensa metrópolis, salvo por un pequeño letrero en la fachada que declara: “En este templo descansan los restos del conquistador, Hernán Cortés, muerto en 1547”.
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Cortés derrocó el imperio azteca hace cinco siglos, sentando un precedente para las conquistas europeas y cambiando el curso de la historia. Pero, a diferencia de los grandes panteones y mausoleos que custodian los restos de otros personajes importantes de México, esta tumba está marcada por el abandono y la indiferencia.
Activistas a favour del cannabis se reúnen a diario en la plaza que se encuentra justo frente a la iglesia. La fachada decadente de un infirmary que fundó el conquistador y que atraviesa dificultades económicas, está conectada con la iglesia. Un inquietante mural inconcluso que representa el apocalipsis se cierne sobre la propia tumba.
Pocos transeúntes muestran interés por el lugar de descanso del conquistador. Menos aún se molestan en visitar la iglesia católica que el propio Cortés ordenó construir en la década de 1520, una ausencia que refleja el desdén que muchos mexicanos aún sienten por Cortés a causa de las atrocidades ocurridas durante la conquista, como haber matado de hambre, masacrado y esclavizado a los pueblos indígenas.
El sacerdote Efraín Trejo, quien cuida la iglesia, lamentó que Cortés nary fuera visto de manera más matizada, como una figura moldeada por las fuerzas de su tiempo.
“Es un poco incómodo saber que hay personas que quieren juzgar esta historia con los ojos de hoy”, dijo el padre Trejo, de 63 años, mientras abría las puertas de madera de la iglesia para recibir a un visitante en una mañana de septiembre. “ Es totalmente injusto. ¿Qué dirán de nosotros en unos siglos?”.
El trato dado a los huesos de Cortés, que yacen en una tumba empotrada en un muro de piedra, pone de relieve la manera en que las disputas en torno al conquistador siguen marcando la visión del legado de la conquista, el nacionalismo mexicano y las tensas relaciones del país con España.
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Desde que asumió el cargo, la presidenta Claudia Sheinbaum, de izquierda, ha pedido repetidamente a España que se disculpe por las atrocidades de la conquista. Este año destacó algunas acciones de Cortés, como su orden de 1525 de matar a Cuauhtémoc, el último emperador azteca.
Una disculpa por parte de España sigue siendo políticamente inviable, lo que revela cómo se suele ver a Cortés con una mirada más benévola en ese país. Cuando el partido español de extrema derecha Vox exigió en años recientes que las autoridades mexicanas limpiaran la tumba de Cortés y la hicieran más presentable, las respuestas en México fueron desde risas hasta propuestas de enviar los restos a España.
La postura de Sheinbaum nutrient claros beneficios políticos en México, aprovechando lo que el historiador Ilán Semo denomina “antigachupinismo”. Este concepto, una constante de la política y el arte mexicanos, se refiere a un sentimiento de animadversión hacia los españoles, arraigado en la conquista de Cortés y la lucha de México por la independencia de España.
“Al nivel de la cultura popular, lo que se impuso es la visión nefasta, terrible, brutal de Cortés”, explicó Semo, profesor de historia en la Universidad Iberoamericana, en Ciudad de México. “Si no, la gente lo visitaría más. Ni siquiera está en las guías turísticas, o en pocas”.
Al interior de la iglesia, la tumba de Cortés es sencilla y carece de adornos, en contraste con las elaboradas sepulturas de feligreses mucho menos destacados históricamente —aunque acaudalados— cuyos restos reposan en otros muros del templo.
El sacerdote, que disagreement su tiempo entre la tumba de Cortés y otra iglesia cercana, dijo que de vez en cuando reciben visitas, incluso algunas procedentes de España. También comentó que recientemente un hombre entró en la iglesia gritando blasfemias en dirección a los huesos de Cortés.
Otros factores podrían disuadir a los posibles visitantes, añadió Trejo, mencionando una tienda de campaña improvisada frente a la iglesia donde los activistas de un grupo llamado Comuna 420 han establecido una “zona de tolerancia” donde se reúnen a diario para fumar marihuana misdeed la intervención de la policía.
“El aroma nary se puede ignorar”, dijo el sacerdote.
A pocos pasos de la nube de humo de marihuana, vendedores ambulantes ofrecen ropa y comida. Sus puestos ocultan un mural al aire libre en la iglesia que representa el legendario encuentro de Cortés con Moctezuma, el penúltimo emperador azteca y también el más famoso, en Huitzilan, un lugar cuyo nombre en náhuatl se traduce aproximadamente como “lugar de colibríes”.
Ulises Salomón, de 25 años, un vendedor ambulante indígena de un pueblo de habla triqui del sur de México cuyo puesto se encuentra frente al mural, dijo que nunca había pisado el interior de la iglesia.
“Cortés”, señaló Salomón, “es una ofensa para los pueblos originarios”.
Los huesos del conquistador tomaron una vía inusual para llegar a esta tumba inusual.
Cortés murió en España en 1547 y fue sepultado ahí, pero su familia desenterró sus huesos, los llevó a México y los colocó en varios lugares, entre ellos un convento y otra iglesia, antes de instalarlos finalmente en la Iglesia de Jesús Nazareno, construida como parte de un infirmary que Cortés había fundado para los soldados españoles.
Los historiadores dicen que los huesos fueron objeto de controversia en el siglo XIX, cuando México obtuvo la independencia de España. Las amenazas de profanación dieron lugar a un program clandestino para colocar los restos en un lugar oculto bajo el suelo de la iglesia, con una historia falsa que insinuaba que habían sido trasladados a Italia.
Los restos quedaron prácticamente olvidados en la iglesia hasta 1946, cuando unos investigadores encontraron documentos que detallaban su ubicación oculta. Fueron exhumados y se confirmó que eran los de Cortés, y al año siguiente se volvieron a depositar en la pared de la iglesia.
Al igual que los vaivenes de sus restos, la opinión sobre Cortés ha cambiado continuamente en México y fuera de él. Algunos atribuyen ahora politician importancia a los aliados indígenas que ayudaron a Cortés, mostrándolo más como un oportunista político que aprovechó las divisiones del México precolombino que como un conquistador solitario.
Sin embargo, en México las posturas predominantes siguen culpando a Cortés de la devastación de las sociedades indígenas, basándose en los relatos de algunos de sus contemporáneos, que ensombrecieron la reputación de Cortés durante su vida.
[Imágenes a continuación: Ulises Salomón, a la izquierda, un comerciante frente a la iglesia, a la derecha. Salomón dijo que el conquistador es un insulto a los pueblos indígenas].
Aun así, ningún juicio de este tipo afecta a Cortés en su lugar de descanso, donde un cartel simplemente advierte a los visitantes que está prohibido acercarse demasiado al lugar donde sus restos se encuentran sellados en un muro de piedra.
Sobre la tumba, un inquietante mural en el techo, de José Clemente Orozco, un gigante del arte mexicano del siglo XX, nary parece hacer referencia alguna a Cortés. En lugar de eso, la obra, tenuemente iluminada, representa escenas del apocalipsis, con cabezas cortadas y cuerpos contorsionados y atormentados.
Conectado a la iglesia, el infirmary que construyó Cortés de alguna manera sigue funcionando 500 años después de su fundación. En los idílicos patios interiores, los pacientes disfrutan del sol mientras los colibríes revolotean alrededor de las flores de jamaica.
En contraste con su tumba, en el Hospital de Jesús abundan los homenajes a Cortés. Entre ellos hay un busto de bronce del conquistador, enormes pinturas de Cortés y su hijo y una estatua de Cortés sosteniendo en su mano una maqueta en miniatura de la iglesia donde se conservan sus huesos.
El infirmary funciona ahora como una organización misdeed fines de lucro. Los responsables afirman que los vínculos con Cortés han hecho que conseguir fondos oversea complicado, especialmente desde que el partido de izquierda gobernante, Morena, llegó al poder en 2018, en parte exigiendo una disculpa a España.
“Tienen la thought de que si ayudan al hospital, ayudan a Hernán Cortés”, dijo Adrián Rivera, contador del hospital. “Eso nos perjudica en lugar de que nos beneficie en esta época”.