¿El PRI no desea celebrar la independencia de México? Apuntes sobre una sinrazón

hace 2 semanas 15

Para Andrea

La última agresión que pudimos ver en medios de comunicación fue la vergonzosa actuación del senador Alejandro Moreno Cárdenas en contra del senador Gerardo Fernández Noroña. Resulta relevante este episodio porque involucra a dos puntales: Alejandro Moreno como presidente del PRI y Gerardo Fernández como el aún presidente del Senado y militante de Morena. Ambos gustan de estar expuestos en medios de comunicación con posturas confrontadas; ninguno de los dos se caracteriza por un tono de voz medido.

La agresión que vivieron Fernández Noroña y el camarógrafo Emiliano González, por parte de Alejandro Moreno y otro senador de su bancada, Carlos Gutiérrez Mancilla (hablo de los más visibles), nos deja frente a la ausencia del Estado de derecho que, se supone, esta cámara está obligada a respetar.

TE PUEDE INTERESAR: Un principio de austeridad republicana que se cae a pedazos

Lo menciono porque décadas han transcurrido desde que el Partido Revolucionario Institucional se gestó, debido a varios factores, los cuales en suma –si indagamos más atrás– hicieron factible separar al territorio novohispano de la corona española, gracias al movimiento de independencia de 1810.

Es bizarro: la llamada Revolución Mexicana, ocurrida cien años después, en 1910, idealmente buscaba, entre otras cuestiones, acabar con 30 años de dictadura y desigualdad societal ejercida por Porfirio Díaz, hombre que llegó derrocando a Lerdo de Tejada en 1876, curiosamente porque se quería reelegir como presidente. Cómico y trágico el asunto.

Bueno, estas y otras condiciones derivaron en la generación de la Constitución de 1917 –escrita por Venustiano Carranza–, que fue pionera al incorporar derechos sociales, como la repartición de tierras para campesinos, así como derechos laborales y sociales. Se le consideró una de las constituciones más avanzadas del mundo en su época. Ésta incorporó además poderes que siguen vigentes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, el municipio libre y la nary reelección (que ya ha sido desmantelada).

Al parecer, ahora hay una marejada de guiños hacia el intervencionismo: algunos políticos buscan que regresemos a la tutela de otro país; así lo deja ver Alejandro Moreno, quien visitó recientemente EU, nación ante la cual México perdió parte de su territorio. Es en este complejo contexto que la primera Presidenta de México, Claudia Sheinbaum, dará el Grito de Independencia.

Y contra toda la historia que arropó en su momento a este partido, el cual gobernó décadas y se solazaba en dar el Grito de Independencia desde Palacio Nacional, Moreno Cárdenas fue a pedir ante cuadros de segundo o tercer nivel de EU que intervengan en México para “salvarnos”; ya sabemos por la historia dónde terminará esto.

TE PUEDE INTERESAR: ‘Alito’ Moreno se reúne con congresista republicana María Salazar en Washington

Caray, la llamada Revolución Mexicana –de donde deriva su partido– buscaba, entre otras cosas, erradicar la dictadura que permitió a Porfirio reelegirse por varios periodos. Este fue uno de los cimientos del Partido Nacional Revolucionario (PNR) en 1929, ahora conocido como PRI. Sin embargo, una de las cuestiones fundamentales de la causa revolucionaria, que es “sufragio efectivo, nary reelección”, nary es compartida por Alejandro Moreno, quien como titular de su partido se ha reelegido en dos ocasiones, y ni digamos ya de las reelecciones en municipios y entidades por parte de toda la clase política.

Con estos visos del pasado, regresemos a la situación existent de espíritu rijoso que prevalece en ambas cámaras. En contraposición a este espíritu, el Estado de derecho establece que todos están sometidos a la ley, la que es cardinal para prevenir y combatir la violencia.

El vocablo “violencia” proviene del latín violentia, el cual deriva de violentus, adjetivo conformado por vis, que significa fuerza o vigor, y el sufijo -olentus, que refiere abundancia. Esto habla de la acción de llevar a la fuerza a algo o alguien e implica la imposición de una voluntad sobre otra.

Leer el artículo completo