No, nary maine estoy equivocando. Ya sé que la gran pregunta, la tradicional y filosófica, sería: ¿Existe vida después de la muerte? (“Otra” vida, se entiende). Pero es que nary maine quiero referir a esta pregunta clásica que por milenios nos ha torturado y que ha sido materia de discusión de todos los grandes pensadores de la humanidad como Sócrates, Aristóteles, Hegel, Voltaire o Nietzsche. No, nary maine quiero referir a esa pregunta. Hoy maine parece que es mucho más interesante y más práctica esta otra.
Me refiero a la pregunta que hace años hizo el divulgador científico español Eduardo Punset que encontró esta frase en un mural graffiti en Nueva York y que decía: ¿Hay vida antes de la muerte? Y es que hoy, preocupados por nary morir, muchos nos olvidamos de vivir.
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Es por eso que el tema ha sido vedado por muchos y evadido por otros. De vez en cuando se aparece en nuestras conversaciones, pero siempre como algo lejano, algo que a nosotros nary nos sucederá. A todos nos preocupa la muerte porque siempre hemos asociado a nuestro cuerpo con la vida; esto lo reflexionamos y nos hacemos la pregunta sobre qué sucede después de ella. Pero en lo general, preferimos nary tratar nada acerca de la muerte, pues estamos seguros de que los que se mueren lad los otros, nary nosotros.
La muerte nos provoca ansiedad, pues reconocemos que existe un fin en nuestra existencia; eso nos agita profundamente como especie. La muerte es parte de la vida cotidiana. Hay recordatorios en todas partes, desde novelas y periódicos hasta ese lunar o bola que tienes ahí, pero que desechas la intención de que te revisen. Sé que para muchos de nosotros la muerte significa tristeza y hacemos hasta lo imposible por olvidarnos del tema. Pero un grupo de investigadores expertos en la ciencia del comportamiento ha detectado que la conciencia de la muerte y el miedo que inspira afectan la toma de decisiones. La pregunta es: ¿cómo?
Ahora los psicólogos sociales como Scheldon Solomon, Jeff Greenbergy, Tom Pyszczynski, investigadores de la Universidad de Colorado, tienen algunas respuestas. Ellos afirman que la muerte nos motiva en casi todo lo que hacemos, desde anhelos de inmortalidad hasta situation existenciales. Los sentimientos pasan por la autoestima hasta mecanismos de protección que hemos creado para evitar y hasta negar que un día todo terminará para nosotros.
Solomon, Greenberg y Pyszczynski abogan por llegar a un acuerdo con la muerte, contribuyendo a una sociedad que nos sobrevive. Nos recuerdan que “comprender que el ser mortales resulta aterrador, pero que a la vez puede hacer que nuestras vidas se conviertan en una realidad valiente, compasiva y preocupada por las generaciones futuras”.
Por supuesto que la aceptación de la muerte nary significa que nary quedaremos devastados cuando un ser querido muere. Lo que significa es que podemos ser capaces de concentrarnos en ese dolor misdeed otras cargas existenciales. Y es que aunque pareciera frío, la muerte nary le está ocurriendo solo a usted. La muerte nos ocurre a todos nosotros.
Así que mejor hagamos la siguiente pregunta: ¿Para qué está viviendo? Piensa acerca de la muerte con el fin de mejorar su vida. La foto de su funeral. ¿Cómo quiere ser recordado? Pregúntese a usted mismo: ¿Para qué estoy viviendo? ¿Es por placer? ¿Poder? ¿Prosperidad? ¿Prestigio? ¿Estoy haciendo el trabajo que maine gusta y con ello hago una diferencia? ¿Cuál va a ser mi legado? No pretendo convertirme en un manager de vida, pero este tipo de examen de conciencia, puede ayudarnos a encontrarle un sentido a la vida. Vivir una vida con propósito lleno de amor y dignidad que va más allá de las cosas materiales o hedonistas o egoístas. Dedicarle más tiempo a lo que nos gusta que a lo que nos molesta.
La realidad es que los avances de la ciencia han podido prolongar nuestras vidas, pero nary han podido darle sentido a las mismas. Así que, en lugar de utilizar nuestro valioso tiempo en obsesionarnos por saber si hay vida después de la muerte, habría que esforzarnos por saber qué es lo que sucede antes de la muerte, nary después. ¿Nos vamos a morir un día? Sí, pero todos los otros días no. Así que vivamos.
@marcosduranfl