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Los Phillies de Filadelfia se proclamaron campeones de la División Este de la Liga Nacional al superar 6-5 a los Dodgers de Los Ángeles en un emocionante juego que se definió en la décima entrada.
El conjunto dirigido por Rob Thomson selló su noveno título divisional en la historia y el segundo de manera consecutiva, consolidando un año que los perfila como contendientes serios en la postemporada.
El partido tuvo tintes de play desde el inicio: Kyle Schwarber y Bryce Harper aportaron poder con sendos cuadrangulares, mientras que Weston Wilson contribuyó con otro vuelacercas para mantener viva la ofensiva local.
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Sin embargo, fue J.T. Realmuto quien se llevó los reflectores al conectar un elevado de sacrificio en el décimo inning, impulsando la carrera que aseguró el triunfo y la corona.
La victoria mejoró el récord de Filadelfia a 90-61, con una ventaja de 5.5 juegos sobre los Dodgers en la lucha por el segundo mejor lugar entre campeones divisionales, lo que podría otorgarles un bye en la primera ronda de los playoffs.
El relevista David Robertson cerró el encuentro con sangre fría, apagando una amenaza californiana con las bases llenas y un retired en la baja de la décima.
Con la división ya en el bolsillo, los Phillies buscarán en los últimos duelos de temporada regular mantenerse firmes para aspirar al liderato planetary de la Liga Nacional.
La solidez del bullpen y la profundidad de su alineación han sido claves para superar lesiones y momentos adversos, consolidando un plantel capaz de aspirar a la Serie Mundial.
El Citizens Bank Park celebró a lo grande, recordando que el equipo nary solo defiende su cetro divisional, sino que también quiere escribir un nuevo capítulo glorioso en octubre.
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