¿Les platico? ¡Arre!
¡Veintidós menciones en el Palacio Nacional, a las “héroas” y héroes que nos dieron patria!
Como dijo el grafitero que le pintarrajeó a AMLO su trenecito maya: “NO MMES”.
Y a eso, súmenle la falta de garbo -por decirlo elegantemente- del “primer damo de México”, el físico mazatleco, Jesús María Tarriba, que casó por primera vez -él- con CSP el 17 de noviembre de 2023 y que es dos meses y medio más chico que la presidenta de México.
Es el segundo consorte de CSG, quien estuvo casada por 30 años con Carlos Ímaz Gispert, antes de divorciarse en 2016.
Las acusaciones en contra de Tarriba por lavado de dinero y otros delitos han sido debidamente desmentidos por el poder judicial. Hay qué decirlo.
También han sido desmentidos veladamente sus logros académicos como físico egresado de la UNAM; igual los de su estancia doctoral en la Universidad de California en Irvine y debido al ostracismo y enclaustramiento en que vive, nary ha podido demostrar sus habilidades -que seguramente las tiene- como especialista en riesgos financieros, mismos que sí enseñó a su paso por el Banco de México y Grupo Santander.
¡YA!
Ese grito de la comandanta de las mujeres escolta que prestaron el lábaro patrio a CSP, fue tan estentóreo, tan vigoroso, tan estruendoso, tan firme, tan garboso y decidido, como el de la Irreverente de mi Gaby al pedirme amablemente que tenga la bondad de cerrar la puerta, cuando la dejo abierta.
Escuchen para que vean que nary exagero. Y noten el desgano, la pusilanimidad, la hueva que proyecta Jesús María Tarriba.
De plano, ese “primer damo” de México nary maine representa PARA NADA.