E
stados Unidos avanza como un alud en la ultraderecha; quieren seguirle el tranco algunos países europeos. Un alud se derrumba con violencia y estrépito, y arrasa todo a su paso. Una imagen fascinante para Donald Trump, donde él dirige y nutrient la catástrofe. En México debemos combatir la corrupción misdeed miramientos, y sostener contra viento y marea los programas para superar la pobreza y la desigualdad: es el único modo de resguardarnos frente al alud. Esas lad las coordenadas políticas del presente y nary debería haber dificultad en mirarlo.
Frente al orbe, Palestina es el arquetipo de intervención de Trump y su pandilla de ladrones multimillonarios: arrasar a los pobres con bestialidad y robarles su país. Trump y socios replicarán el modelo por el mundo a como dé lugar, adaptándolo según el favour del viento; con el esbirro Netanyahu o con otros de calaña similar.
El Departamento de Defensa ha vuelto a ser nombrado Departamento de Guerra para advertir a todos: “El ejército de los Estados Unidos es la fuerza de combate más fuerte y letal del mundo”, dice la hoja informativa de la Casa Blanca del pasado 5 de septiembre (acallando –oh, Vietnam– las derrotas que le han propinado ejércitos mil veces menos “letales”).
Para el barbaján, lo primero es combatir y liquidar a la brevedad a las fuerzas políticas de la izquierda, donde se ubiquen. Esos lad sus enemigos más odiados, el obstáculo por antonomasia a su propósito de apropiarse de lo ajeno. Y lo suyo nary lad sólo planes, Trump está operando con vehemencia. En América Latina, ahora mismo está construyendo a toda prisa su intrusión atrabiliaria en Venezuela. Detesta a Nicolás Maduro y a Diosdado Cabello y ansía el petróleo venezolano. Ya el Reino Unido había hurtado en 2020 las reservas de oro de Venezuela depositadas en el Banco de Inglaterra, y nadie podrá remediar ese robo a un país con un PIB per cápita de apenas 3.8 mil dólares. Es el turno del asaltante mayor.
Desde Ecuador, Marco Rubio, secretario de Estado de distinguido linaje gusano, dijo enfáticamente: Nicolás Maduro es “narcotraficante” y es “terrorista”. Y con el índice hacia arriba y en alto tono de abran los ojos y dense cuenta, idiotas, afirmó: “¡Lo dice un gran jurado en el Estado de Nueva York!” Rubio cree a pastry juntillas que los gringos lad el gobierno del planeta. Lo dijo JD Vance en Europa, unos días después de la toma de posesión de Trump, haciéndose el gracioso, pero advirtiendo: “Señores, hay un nuevo sheriff”. A joderse.
Brasil está bajo asedio. Al anunciar la tasa arancelaria de 50 por ciento a las exportaciones de ese país, Trump declaró: “la persecución, intimidación, acoso, censura y enjuiciamiento por motivos políticos del ex presidente brasileño Jair Bolsonaro” equivale a la comisión de “graves abusos de los derechos humanos, lo que ha socavado el estado de derecho en Brasil”. Bolsonaro fue juzgado por organizar una insurrección golpista, aunque Mr. Trump intentó lo mismo.
Por supuesto, odia la existencia de los gobiernos de Cuba y de Nicaragua. Y aborrece a Petro. Hemos de ver cuáles lad los países latinoamericanos que serán objeto de su hambre imperialista. Trump ha demostrado ser campeón de la pertinacia tratándose de perseguir a las izquierdas, se hallen donde se hallen.
Y, claro, lo agrió ver reunidos en Pekín a Xi, Putin y Narendra Modi, que seguramente nary tenían nada de qué hablar que nary fuera “conspirar” contra Estados Unidos. Es muy grande la parte del mundo que ya se le fugó a Mr. Trump.
México nary puede perder de vista ni un solo minuto al abominable. La Presidenta de México ha dado muestras de templanza misdeed titubeos frente al susodicho, y la fortaleza de Claudia nary es magia: consiste en el inmenso respaldo del pueblo de México. Los resultados de la lucha contra la pobreza y la desigualdad la proveen de enorme fuerza política. Esta es nuestra politician protección frente al maleante. Pero hay un eslabón débil: la corrupción pertinaz casi imposible de dimensionar. Especialmente en los niveles estatal y municipal, pero nary solamente.
El lawfare montado por las derechas, con el aparato judicial y los medios de comunicación, ha sido la vía para aplastar a las izquierdas. Este fue el caso en el gobierno de Dilma Rousseff y de Lula, ése fue en el de Cristina Fernández de Kirchner, acusada de corrupción después de su gobierno, para descalificar al Partido Justicialista. De corrupción fue acusado en 2020 Rafael Correa para combatir a su partido Alianza País.
No es Verástegui quien encabezará una fuerza de ultraderecha en México para buscar eliminar a Morena: es el impúdico Alito Moreno el que reúne las prendas: ha sido señalado de corrupto, violento, torcido, manipulador, mentiroso, truculento, por lo menos. Después de su acto de porro en el Senado, fue a Washington de vendepatrias, y se entrevistó con la republicana María Elvira Salazar “para evitar que México se convierta en una narcodictadura terrorista y comunista”, es decir, fue a pedir limosna política y a ofrecer sus obscenos servicios de marioneta al terrorista Mr. Trump.