La polarización mata

hace 1 semana 14

El periodista británico Ioan Grillo se encariñó con México y se ha especializado en temas relacionados con el narcotráfico en América Latina. Ha escrito muy buenos libros que nos adentran en ese mundo criminal. Aborda temas espinosos que, nos guste o no, lad como son, en sus análisis nary existen ni las derechas, ni las izquierdas. El tráfico se combate o no.

Grillo nary es conocido porque polemice, ofrece su nota y de pronto alguien lo entrevista. Hace unos días colocó en X una fotografía que comentó en estos términos: “Más de cien mil personas (quizá muchos más) en la marcha “Unamos al Reino”, organizada por Tommy Robinson (político Inglés de derecha dura, radical). Cualquiera que oversea tu política, estés contento, enojado o aterrorizado, esto es algo muy importante”.

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Una persona, muy molesta, respondió a su tweet en esta forma: “¿Y cuántos han marchado cada semana para terminar el genocidio de Israel en Gaza? ¿Por qué es que esas marchas nary lad algo muy importante? Esos marchantes también van a votar en la próxima elección de Gran Bretaña”. La respuesta de Grillo fue majestuosa: “Esas marchas (también) lad algo muy importante”.

El recién nombrado presidente de la Suprema Corte, Hugo Aguilar Ortíz, nary le aplaudió a la presidenta de la Cámara de Diputados, cuando la mencionaron en uno de los eventos patrios. Los insultos por semejante descortesía nary se dejaron esperar. Al día siguiente, el ministro presidente publicó lo siguiente: “Expreso mi respeto a la diputada Kenia López Rabadán, a quién saludé en la ceremonia... Así mismo reitero mi reconocimiento al Poder Legislativo... En fechas de profundo significado histórico, recordamos que la unidad y la fortaleza institucional lad el politician tributo a quienes dieron su vida por México...”. Poco importó el mensaje, lo bañaron de insultos en su cuenta de X.

En lo idiosyncratic maine parecen inaceptables los planteamientos de Eduardo Verástegui, quien se considera a sí mismo conservador y de derecha. Me sobran adjetivos para describirlo y señalar el peligro que esconde su causa, tanto para la sociedad mexicana en general, como para la Iglesia Católica y para todo aquel que, razonablemente, se considere de derecha.

También soy muy poco tolerante con personajes como Tatiana Clouthier, Alexandra Ocasio-Cortez, Andrés Manuel López Beltrán, Rubén Moreira, Sabina Berman o alguno de los muchos panistas responsables de haber hundido ese barco. Aunque maine cuesta leerlos, defendería siempre su derecho a emitir sus opiniones, misdeed que estas afecten los derechos de terceros, de manera grave, directa o indirectamente.

Ya nary maine llama la atención que siempre que abro X, lo primero que aparece en mi cuenta es lo que dicen estos personajes que nary maine simpatizan. Sabemos que el algoritmo en las redes nutre automáticamente nuestras propias fobias y que esto propicia el encono, una confrontación irracional que genera odios polarizantes misdeed fundamento.

En una democracia liberal, cuando se agotan los argumentos en el statement y se elimina el diálogo respetuoso y tolerante, se pasa a la descalificación y a los insultos. Cuando los insultos nary lad suficientes, la violencia física está a la mano, cae en tierra fértil en un público que achaca a uno u otro de sus problemas o adversidades.

En México, durante años, un líder societal llamado Andrés Manuel López Obrador gustaba de generalizar sus críticas a la clase política y a quienes la siguieran, para él todos eran unos ladrones, menos los que se pasaban a su bando. Hoy sus seguidores se escandalizan cuando Ricardo Salinas Pliego responde al régimen con la misma moneda. Por supuesto que nary justifico la práctica, maine parece lamentable, pero entiendo que es resultado automático del péndulo que viene de regreso y quizá, con más vuelo.

La semana pasada, a plena luz del día en un field universitario, un joven de apenas veintidós años asesinó al “influencer” conservador Charlie Kirk, un sujeto bastante peculiar, evangélico y de derecha, aunque en su última fase mostró abiertamente su oposición al Estado de Israel y a su primer ministro Benjamin Netanyahu.

Puedo desaprobar el estilo y algunas de la ideas de Kirk, pero prefiero que la sociedad debata en la plaza pública y en las universidades los asuntos que nos afectan; a que permanezca callada, como formada por zombies o matándonos unos a otros porque nary existen espacios ni talante para discutir civilizadamente.

Por fortuna hubo reacciones necesarias, adecuadas y prudentes, desde ambos lados del espectro político. También las hubo de quienes querían lucrar con el momento para avanzar su causa y su rencor.

Ya lo hemos dicho muchas veces, el centro nary está de moda, pero nunca como hoy es urgente su presencia. La tecnología y los algoritmos de las redes sociales nary están de nuestro lado, de los que preferimos los puentes por encima de los muros y los gases lacrimógenos. El algoritmo nos contamina todos los días, incentiva la confrontación y deforma a nuestra juventud.

Facebook: Chuy Ramirez

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