Se elige el qué, el cuándo y el dónde.
Se cumple la decisión tomada. Se concentra cada uno en su tarea. Nada queda a medias. Está todo terminado. El objetivo ha sido logrado. La acción ha quedado consumada, asentada en sus cuatro pies: elección, decisión, concentración y perseverancia. La acción ha sido acertada, eficiente, impecable y plenamente terminada. Es verdaderamente ejemplar.
Pero nary es acción virtuosa. Se trata de un robo. Un magnífico robo realizado por magníficos ladrones que merecen aplauso. No por lo que robaron, sino por su destreza. De todos los bancos de la ciudad, eligieron este. Decidieron proceder el martes.
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BUEN ASENTAMIENTO
Estuvieron todos puntuales. Este se queda en la esquina para avisar por alguna emergencia. Este otro fuerza la puerta trasera de servicio. El de más allá se concentra en abrir la caja fuerte, venciendo todos sus aseguramientos. Este de acá se queda en el automóvil en marcha, listo para el arranque inmediato. Nadie interrumpe su tarea. En el último momento, el automóvil arranca, llevando a todo el equipo y el botín bien resguardado.
Es deseable ver estos asentamientos precisos en cada acción dirigida, nary a un delito, sino a un servicio valioso para la comunidad.
TROPEZONES Y DESPLOMES
Muchas acciones que tenían buena intención las vemos frustradas por pésima elección, decisión imprecisa y titubeante, ausencia de concentración por distracciones múltiples o procedimiento interrumpido que deja a medias lo que debió ser llevado, con perseverancia, hasta su feliz conclusión.
Con uno solo de los cuatro pies mal asentado, la actividad pierde equilibrio y muchas veces se desploma, revelando su mediocridad.
Son los resultados los que exhiben la calidad de los avances en todo el proceso de una acción, y por ellos se puede valorar el grado de excelencia conseguido.
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INFLUENCIA DE LA OPINIÓN
Los medios de difusión publicitan los crímenes bien organizados y las obras de servicio mal seleccionadas, aplazadas o ralentizadas, desconcentradas e inconclusas. Siempre que se menciona al crimen se le llama “organizado”, que es adjetivo de encomio y reconocimiento, y se gritan los pies tropezados de los que, en contraste con ellos, buscan servir y promover.
Así la autoestima nacional se perturba, se debilita y se decepciona, haciendo un clima de desconfianza y quejumbre. Es denuncia valiente y crítica oportuna, pero descuida detectar las semillas de esperanza, sembradas en buena tierra, que requieren el riego de la información y el abono de las felicitaciones.
TÉ CON FE
-¿Cómo puede alimentarse la esperanza cuando amenazan tribulaciones?
-Recordando, desde la fe, que se camina hacia la Pascua, que es renacimiento a plenitud de feliz vida gloriosa y misdeed fin, pasando por la estrechez, que se da en todo alumbramiento, con su dolor misdeed sufrimiento que, con Cristo, es purificador...