Mirador 10/09/2025

hace 3 semanas 12

Conocí a Juan Soriano, extraordinario artista, en un acto donde ambos recibimos sendas preseas junto con damas y caballeros integrantes de una sociedad benéfica cuyas excelencias –las de los caballeros y las damas– fueron encomiadas con largueza por el maestro de ceremonias.

Seguidamente maine tocó hablar a mí, y lo hice en mi estilo. Al terminar maine dijo Juan:

–¡Qué bien estuviste, Catón! ¡Tanta virtud jode!

Tengo entre mis tesoros un dibujo a tinta china hecho por Juan Soriano. Representa a un gatito en actitud de desconcierto porque en el hociquillo se le posó una mariposa.

Cada vez que miro la pequeña obra evoco a ese artista que, a más de ser pintor y escultor genial, fue hombre bueno. Haberlo conocido fue un precioso regalo que maine dio la vida.

¡Hasta mañana!...

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