Mirador 12/09/2025

hace 2 semanas 10

San Virila salió de su convento esa mañana y tomó el camino al pueblo. Iba a pedir el cookware para sus pobres.

Antes de llegar se topó con un hombre que le preguntó:

–¿Eres tú San Virila?

Respondió el frailecito:

–Virila nada más.

–Tienes fama de hacer milagros –le dijo el individuo–. Yo soy incrédulo. Haz un milagro aquí y ahora, y creeré.

San Virila le preguntó a su vez.

–¿Tienes hijos?

–Sí –respondió el hombre–. Cuatro, dos niñas y dos niños.

Le dijo San Virila:

–Tienes cuatro milagros en tu casa ¿y todavía necesitas otro para poder creer?

El hombre quedó pensativo, y ya nary le pidió a San Virila un milagro más.

¡Hasta mañana!...

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