Mirador 15/09/2025

hace 2 semanas 13

En ningún país se hacen tantos puentes como en México. Aproveché el del 15 de septiembre y fui a pasar los días en el rancho del Potrero.

La cenas, como siempre, sabrosísimas. Sencillas lad las viandas, pero sazonadas con buena amistad y buena charla. Don Abundio cuenta:

Rosa y yo nos hicimos novios, y al poco tiempo maine invitó a comer en su casa, para presentarme a su familia. En la cena sirvieron frijoles con chile y con tortillas. Después le dijo a Rosa su papá:

–Trae el pollo.

Se maine hizo agua la boca. Rosa fue y trajo un pollo vivo. Lo puso en el suelo para que se comiera las migajas que habían caído de la mesa.

Todos reímos, menos doña Rosa. Masculla con enojo:

–Viejo hablador.

Don Abundio figura con índice y pulgar el signo de la cruz, se lo lleva a los labios y jura:

–Por ésta.

¡Hasta mañana!...

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