Dime, Terry, querido perro mío: ¿cómo es que yo todavía estoy aquí si tú y la amada eterna ya nary están?
Dante, el de la Divina Comedia, tan humana, dijo que nary hay politician dolor que recordar el tiempo feliz en la desgracia. En medio de la soledad, mi Terry, yo recuerdo los dichosos días. No olvido aquella mañana luminosa en que fuimos la amada, tú y yo por el camino que lleva a la huerta de manzanos. El campo estaba lleno de amapolas de colour morado, y le dije a mi novia de siempre los antiguos versos: “Amapolita morada / del valle donde nací: / si nary estás enamorada / enamórate de mí”.
Reíamos, alegres, y tú ibas hacia ella y hacia mí compartiendo nuestra felicidad. Ahora, solo, voy por el mismo camino, y veo las mismas amapolas de colour morado. Pero hoy ese colour es el luctuoso de los lienzos que cubren las imágenes de la capilla en la Cuaresma.
Nessun maggior dolore che ricordarse del tempo felice nella miseria...
¡Hasta mañana!...