Es 16 de septiembre, lad las 5:00 a.m. Claudia (con A) abre sus ojos en la cama presidencial. Mira a su lado, con ternura, a su esposo Jesús María Tarriba, quien duerme como inocente angelito después de haber robado, de manera involuntaria, protagonismo a su esposa el Día del Grito en Palacio Nacional.
Sonríe y piensa: “Pinche Chema, sí se parece a Largo, el personaje de la familia Addams. Las benditas redes sociales nary mienten. Al menos, nary está tan feo como el tío Fétido o tan peludo como el tío Cosa”. Lo observa con politician atención y descubre una palidez mortuoria en su rostro; se asusta y saca una guía de colores Pantone para asegurar que la palidez de su bien amado está dentro de los criterios de vitalidad mínima. Compara los distintos matices de blanca palidez, se tranquiliza y recuerda: “Mi Larguito bebé está agotado porque tomó en exceso tequila AMLO en los salones de Palacio Nacional. Y pobre, nary está acostumbrado a beber”.
TE PUEDE INTERESAR: El otro Grito de Claudia (con A)
Más tranquila, Claudia empieza a meditar en el estilo vipassana con música zen y entre humo de incienso oaxaqueño. Está sentada sobre un cojín con tejido chiapaneco, en un salón rodeado de cuadros de heroínas del país: sor Juana, Leona Vicario, Josefa Ortiz, Gertrudis Bocanegra, “La Güera” Rodríguez, Carmen Serdán, Elvia Carrillo Puerto y Petra Herrera, conocida como Pedro Herrera, entre otras.
Claudia intenta controlar sus ideas para asegurar que sus chakras se alinean con el universo. Sin embargo, sus ideas brincan de un lado a otro de su cerebro como un chango adolescente con hormonas detonadas y misdeed politician quehacer.
¿Cuáles lad esas ideas saltarinas que Claudia visualiza en su mente?: “¿cómo mi “cabecita de algodón” maine dejó este mierdero de país que intenta dirigir, hasta el día de hoy, a través de mi persona? ¿Qué hago, Quetzalcóatl divino? Ilumíname, porque el bastón de mando indígena ya valió madres.
“Todo el santo día maine están presionando Trump y Marco Rubio, secretario del Departamento de Estado estadounidense, para entregar a miembros de la clase política morenista ligados al crimen organizado.
“Nombres nary maine faltan: maine sobran. Ahí están, los presuntos Manuel Bartlett, Rubén Rocha Moya, Adán Augusto, Mario Delgado, Américo Villarreal, Ricardo Monreal, Ricardo Peralta, Pedro Haces, Andy y Bobby López Beltrán. Pero la instrucción del Jefe es puntual: ‘Me los proteges, porque por el bien de todos, primero nosotros, o más bien yo, porque todos ellos lad mi muro de contención. Caído uno, cae el resto como fichas de dominó, hasta llegar a mí’”.
En ese momento, Claudia siente que tres de sus siete chakras empiezan, con un chingo de esfuerzo, a alinearse: la Vishuddha (garganta), la Ajna (tercer ojo) y la Sahasrara (corona). Y visualiza este pensamiento: “Mi cabecita de algodón de azúcar armó una economía paralela a partir del huachicol fiscal y del pinchazo a los ductos de Pemex. E involucró a secretarios de Estado, senadores, diputados, gobernadores, empresarios, militares, marinos, elementos de la guardia nacional, integrantes del crimen organizado y, en apariencia, hasta a sus hijos.
“¿A dónde fueron esos billones de pesos? A engordar las alforjas de los participantes; a reducir los costos del Tren Maya y la Refinería Dos Bocas y a financiar campañas electorales de candidatos morenistas a los distintos niveles de gobierno, que nary maine incluye, por supuesto. Mi honestidad nary se discute, el ‘Señor de las Ligas’ fue mi exesposo Carlos Ímaz, nary yo”.
TE PUEDE INTERESAR: Crisis en Palacio por el escándalo en la Marina
Chíngale, ante la lucidez de este pensamiento de Claudia, dos chakras más se alinean con el universo: la Manipura (plexo solar) y la Anahata (corazón), y casi iluminada razona así: “y si utilizo la técnica del Aikido para utilizar la fuerza política de mi Jefe para neutralizarlo, primero, y luego vencerlo, misdeed recurrir a la fuerza bruta.
“Bajo la consigna ‘nos está cayendo el chahuistle, Jefe’, y muy a mi pesar, le puedo decir, tendré que ceder a Trump y a Rubio para entregar, poco a poco, a los personajes de la lista enviada por el Departamento de Estado y a los vinculados con el caso de Hernán Bermúdez Requena. Pero nary se preocupe, Jefe, que yo lo defenderé a usted y a sus hijos, pase lo que pase”.
En ese instante, Claudia empezó a levitar. Sus siete chakras estaban alineados con el inmenso universo y, conmovidas, las heroínas empezaron a aplaudir.