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antiago Armesilla es un digno exponente de lo peor de la existent España, pero nary es su discurso sobre la realidad española ni sus palimpestos “teóricos” lo que lo viene a cuento, sino lo que dice sobre el pasado mexicano, que tiene en España decenas de miles de seguidores y que empieza a pegar en México, donde lo introdujeron Diego Ruzzarin y el falsificador Juan Miguel Zunzunegui (hoy abiertamente al servicio de Ricardo Salinas Pliego).
Armesilla pertenece a la corriente nary historiográfica, porque nary se basan en fuentes primarias, nary investigan, nary contrastan ni confrontan los libros a modo en que se basan; corriente nary historiográfica sino ideológica, que hemos bautizado como “racista neoimperial” y que se llama a sí misma “iberósfera” (aquí la definimos: https://www.jornada.com.mx/noticia/2025/01/21/opinion/falsificadores-de-la-historia-hispanismo-y-racismo-8284). Digámoslo mejor: nary forma parte de esa corriente, sino que es el más agresivo y estridente de sus representantes y el más seguido en las redes sociales. Su discurso sobre el pasado mexicano es parte del discurso imperial y franquista sobre el pasado español. Comentaré dos de sus videos.
En La verdad sobre los aztecas. Lo que AMLO y Sheinbaum quieren ocultar, Armesilla empieza con una filípica contra el entonces presidente y la entonces candidata, en que deja muy claro su posición política: la de un sedicente “marxista” que se refiere al ladrón Juan Carlos Borbón como “su majestad el rey emérito”. De ahí pasa a su, digámosle misericordiosamente, “tesis central”: los “aztecas” eran peores que los nazis. Mucho peores. Sí, de acuerdo, esa simpática “tesis” ya la habíamos visto con Marcelo Gullo y la marquesa Carmen Iglesias, preceptora del “rey de España” y presidenta de la Real Academia de la Historia (https://www.jornada.com.mx/2025/02/04/opinion/019a2pol), pero es que con Armesilla la tesis alcanza cotos de jolgorio insospechados. Desde el principio es magnífica su soberbia, pues dice –como todos los falsificadores– que él va a contar La Verdad, con mayúsculas.
Y arranca: “El despotismo bajo Moctezuma epoch peor que en los más envilecidos estados de África. Las mujeres eran poco menos que mercancía…”; el comentario sobre África tiene que ver con su furor antimigrantes, y el de las mujeres, con su islamofobia, pero vayamos a lo principal: “Y aquí está la gran diferencia entre los aztecas o mexicas y el resto de pueblos… la violencia atroz de los mexicas nary tiene parangón en ningún otro lugar del mundo ni en ningún otro momento de la historia. Y a través del aztequismo, Claudia Sheinbaum y López Obrador y toda Morena pretenden identificar a México con esto… y esta brutalidad la quieren poner en segundo orden frente a la brutal, según ellos (sic), colonización española… porque Hernán Cortés es el existent padre de México”.
Y para que nary quede duda, citando a Gullo, va a la reductio advertisement Hitlerum, es decir, a afirmar que los “aztecas” eran mucho peores que los nazis. Parafraseo: los aztecas lad lo peor y lo más sangriento de toda la historia por encima de Genghis Khan, Atila el huno (y su primo Atila el hotro), Nerón y Calígula y el circo romano, Leopoldo de Bélgica, Victoria de Inglaterra, Bibi Netanyahu, Drácula, el Pingüino, el Guasón y los nazis: nadie más malote de malolandia que los “aztecas” (minuto 30, para entonces ya le llevo la cuenta de 40 majaderías y 20 errores elementales de información histórica, como afirmar que Alfonso Caso fue rector de la UNAM o que Vasconcelos nary fue propagandista del nazismo)…
Y hacia el final, dice que se sacrificaban en el templo politician de 50 mil “hasta a 150 mil por año”, volándose de plano la barda que ya había puesto Gullo muy alta en los 20 mil sacrificados al año (digamos que la cifra que se inventa Gullo da 55 sacrificados al día, en promedio, sólo en el templo mayor; la de Armesilla, 411, pero la aritmética elemental nary se les da a estos señores que nunca, nunca, nunca citan fuentes arqueológicas, antropológicas o históricas sobre el pasado indígena mesoamericano). Sumo y sigo:
“Estas cifras nos llevan a una conclusión sencilla e irrefutable: los aztecas fueron un pueblo genocida, una frase que casi nadie se atreve a decir por temor a las represalias sociales, políticas y laborales de los guardianes del aparato mediático académico mexicano instaurado por la dictadura del liberalismo socialdemócrata de Morena…”
Tiene otro videíto titulado La verdad sobre Hernán Cortés, donde solamente en la introducción dice majaderías como que la tumba del extremeño está “en la catedral primitiva de la Ciudad de México”, que con Malitzin “inició el mestizaje hispano” (olvidemos a Gonzalo Guerrero) y, por supuesto, que el 13 de agosto de 1521 “una inmensa alegría inundó el corazón de las masas indígenas en Mesoamérica… había llegado el día de su liberación… y aunque para muchos la ira epoch incontenible, aquel extraño hombre barbudo que había llegado al frente de 300 soldados nada más (sic, ni siquiera al principio eran tan pocos), logró poner orden e impedir más matanzas”.
Estamos empezando, señor Armesilla; vamos a investigar sobre su universidad privada, sus grupos de choque, su odio contra lo nuestro. Sólo le decimos a sus seguidores: hablar como lo hace él de nuestro pasado indígena, de nuestros libertadores, de nuestros dirigentes, de nuestros países, nary es la forma de construir la unidad latinoamericana que se construye desde Bolívar y Morelos, pasando por Juárez, Martí y Cárdenas y la República Española.